Diseñar para la modernidad

Interior del Club Nàutic El Masnou con interiorismo de Miguel Milá, 1967. Museu del Disseny-Dhub. Fondo Miguel Milá. Fotografía: Francesc Català-Roca

En 1950 empieza a trabajar como interiorista en el despacho de los arquitectos Federico Correa y Alfonso Milá, su hermano; un año más tarde, harto de las matemáticas, abandona la facultad de Arquitectura. Así es como el fracaso en los estudios le allana un camino profesional propio. Los años en la facultad le permiten conocer a toda una generación de arquitectos barceloneses, adscritos a la doctrina del Movimiento Moderno, que nutrirán su visión sobre qué falta y qué sobra en los espacios que tanga que organizar.
Los arquitectos Federico Correa y Alfonso Milá, al igual que su mentor José Antonio Coderch, preservan un enfoque que modula lo vernacular atendiendo a soluciones decididamente funcionales, dictadas por necesidades específicas. Todo ello encaja perfectamente con el espíritu de Milá: no tocar lo que funciona y (re)inventar lo que no existe o cumple su cometido indebidamente. Ahora bien, en aquellos años, la tarea de seleccionar un mobiliario que se ajustara a estos criterios podía ser ingrata, pues todo lo que había “era muy anticuado”. Era necesario, por tanto, pasar a una fase más ejecutiva, que supuso, a medio plazo, inaugurar el diseño industrial en España.