Cómo promover la música popular

Carátula del disco "Canciones de patria nueva" de Ángel Parra, Peña de Los Parra. Oficina Larrea, 1971.
Desde mediados de los años sesenta, el movimiento de la Nueva Canción Chilena compuso melodías y letras que se identificaron estrechamente con la izquierda y se convirtieron en la estética sonora de la Unidad Popular. Este movimiento de renovación folclórica y reivindicación latinoamericana creó música directamente vinculada a la realidad popular del país. Su compromiso político hizo del canto una herramienta de liberación y denuncia sobre las condiciones de vida de la clase obrera.
Cantautores como Violeta Parra y Víctor Jara y grupos como Quilapayún e Inti-Illimani fueron algunos de sus representantes. La musicalización de poemas de Pablo Neruda, así como la composición de piezas para campañas políticas, dieron origen a auténticos himnos culturales.
La Discoteca del Cantar Popular (DICAP), perteneciente a las Juventudes Comunistas de Chile, fue el principal sello discográfico para difundir la Nueva Canción. El diseño gráfico jugó un papel fundamental en su visibilización y popularización. La discográfica también realizó conciertos en fábricas, sindicatos y barriadas. DICAP encargó a la Oficina Larrea el diseño de su logotipo, carteles, carátulas e interiores de discos. El resultado fue un lenguaje visual diverso y original, que potenció la producción discográfica local y ayudó a contrarrestar el control de empresas multinacionales.
En paralelo a funcionar como sello discográfico, la Industria de Radio y Televisión (IRT) —nacionalización de RCA Victor— fabricó nuevos electrodomésticos para sustituir a las importaciones. Junto con el Área de Diseño Industrial del INTEC, desarrollaron proyectos de tocadiscos populares.